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El poder de ser un radioaficionado

Desde el 9 de mayo de 1923 funciona el Guayaquil Radio Club, organización que desarrolla la radio experimentación en el Ecuador. Acaba de cumplir sus primeros 100 años de existencia.

Contactos: 099-317-6660; info@guayaquilradioclub.org

En plena era de teléfonos supermegarrecontra que inteligentes, de aspiraciones 5G e incertidumbre y esperanzas en la inteligencia artificial, la radio sigue siendo una tecnología importante y certera, tal como en sus primeros días.

¿La razón? Cuando fallan los sistemas de internet y comunicaciones convencionales por los desastres naturales, como terremotos, la radio es la única que sigue suministrando información vital para la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos. Así lo defienden los grandes aficionados a la radiocomunicación en Guayaquil.

Fascinados por el poder de la radiofonía y su experimentación, el 9 de mayo de 1923 se creó en el Puerto Principal el ilustre Guayaquil Radio Club (GRC), sociedad histórica que justamente acaba de cumplir su primer siglo de vida este mes. “Es una asociación sin fines de lucro con el propósito de desarrollar la radio experimentación en el Ecuador”, explica Víctor Pérez, uno de los 130 socios de “uno de los clubes de radioaficionados más antiguos en el mundo”.

Los radioaficionados se diferencian de los radiodifusores en que su actividad se inclina a la experimentación técnica y científica de la intercomunicación y lo hacen sin fines comerciales.

La sede del GRC se encuentra en la ciudadela Bolivariana, en el norte de la ciudad, cuyo edificio de tres plantas guarda la historia de esta agrupación, así como los aparatos que les permiten comunicarse con todo el mundo, en tierra, agua y aire. Múltiples equipos se apilan en una de las salas, donde tuvo lugar esta entrevista y donde se aprecia la evolución de los instrumentos que posibilitan la radiocomunicación.

Entre ellos está una antigua llave de telégrafo, el disposi

tivo para transmitir mensajes en clave morse. Aunque en desuso, atrae tanto la atención de los curiosos por la radioafición, que también cuenta con un reemplazo moderno a modo de un pequeño dispositivo. La experimentación radial no está exenta de la transformación digital.

Entre antenas, cables, audífonos, señales, papel, lápiz y una infraestructura armada por ellos mismos, los radioaficionados, con diferentes profesiones, han cosechado un cúmulo de historias que se han convertido orgullosamente en casi su segunda vida.

Comunicaciones históricas del Guayaquil Radio Club

“Los radioaficionados estamos en el mundo para ayudar en comunicaciones, especialmente en los desastres”, ilustra Xavier Ron, otro miembro del GRC. “Cuando no existían los celulares, éramos el principal enlace entre fuerzas armadas, marina, bomberos. Después salieron los celulares, pero seguimos vigentes”.

Hay una satisfacción inmensurable en colaborar con la sociedad. Una de las comunicaciones más importantes que protagonizó en este sentido el GRC fue la intercomunicación para el traslado a la urbe de un medicamento que aparentemente no existía para tratar la histoplasmosis, décadas atrás.

“Hace 30 años un médico del Hospital del Niño solicitó al Guayaquil Radio Club un medicamento que se llamaba anfotericina b, eso fue un viernes. El domingo llegó a través de la Cruz Roja colombiana y lo entregó al Club. Más de 10 niños infectados se salvaron gracias a ese contacto”.

Otra comunicación histórica para el club ecuatoriano sucedió tras el terremoto de México de 1985. “Ecuador fue el primer país extranjero que visitó México para dar transmisiones y entrega de información, no solamente a los ecuatorianos que residían en México sino a otros extranjeros”.

En una de las memorias más recientes, el GRC recuerda con mucho orgullo su acción en el fatídico terremoto que asoló a Pedernales en el 2016. “Uno de nuestros socios más antiguos se fue a Pedernales, donde no había comunicación, no había sistema de internet ni de seguridad”, explica Lorenzo Lértora, presidente del directorio del club. Ese aficionado, recuerda, “comenzó a suministrar información a nosotros y nosotros a las autoridades”.

Importancia del club de radio en Guayaquil

Detrás de las respuestas en emergencia, otra razón de ser del GRC es capacitar al personal que trabaja en este campo. “Damos cursos gratuitos, y depende de la especialización que necesita, de la respuesta de la emergencia en todos los niveles, empezando por el nivel cantonal y terminando con nivel del gobierno”, agrega Alexey Ogodorov, otro integrante. Así, añade, han ayudado a preparar al personal de Cruz Roja, bomberos, militares, secretaría de gestión de riesgos, FAE y más.

Además, participan de los ejercicios de simulacro, de manera que puedan probar sus equipos y asegurar las interacciones para estar al servicio de estas instituciones.

Cómo ser parte de Guayaquil Radio Club

El público general igualmente puede aprovechar estas capacitaciones, pues no se requiere formación previa. Cualquier que tenga un vehículo con una buena batería, radio y antena puede desarrollar un sistema de comunicación como radioaficionado. El Club ofrece proveerles las técnicas para lograr este experimento y otros mecanismos que posibilitan transmisiones exitosas si decide convertirse en su socio.

“Cuando usted ingresa al Club como socio, los socios mayores lo preparan primero aprendiendo a soldar la antena, los conectores, todo el proceso de cómo operar una radio”, aclara Lértora, y a su vez señala que todos pueden ser parte de este pasatiempo de servicio.

Los radioaficionados emiten datos para los sistemas de emergencia cuando ocurren desastres. Por eso mantienen su importancia.

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2023-05-28T07:00:00.0000000Z

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