El Universo

El equilibrio para las familias reconstituidas

Las parejas que llevan a sus hijos menores de edad a un nuevo sistema familiar tienen que poner reglas desde el primer día y saber que tomará años consolidar ese núcleo.

En el 2005 Rene Russo y Dennis Quaid protagonizaron una cálida película titulada Los tuyos, los míos y los nuestros, en la cual hacen de dos viudos que deciden casarse y unir sus dos bandos familiares (¡con un total de 18 hijos!). Aunque al inicio de la historia sus vástagos tratan de sabotear el nuevo matrimonio, finalmente terminan aceptando a la nueva pareja de sus padres, así como a sus nuevos hermanos.

En la vida real es posible que haya menos aventuras y situaciones cómicas que en el filme mencionado, al conformarse una familia reconstituida o ensamblada. Es aquella en la que dos personas, que han disuelto sus relaciones previas, forman una pareja y traen a sus hijos de compromisos anteriores.

“Cuando se crea una nueva familia no se está exento de dificultades por el hecho de haber pasado por una experiencia previa; en ocasiones pueden arrastrarse problemáticas anteriores”, reconoce Carmen Martínez Conde, máster en Matrimonio y Familia.

En cuanto a la pareja, quizás provenga de una circunstancia de ruptura o crisis familiar, o a lo mejor de un duelo propio del estado de viudez. Puede darse el caso de que haya vivido en un hogar con circunstancias traumáticas, como malos tratos o adicciones. Es probable que arrastre malos hábitos o que no haya superado traumas, y que eso esté condicionando a su nueva realidad familiar.

“Por eso, no se puede hablar de una solución única, sino que primero se tendría que tener en cuenta cuáles fueron los orígenes de esas personas”, ilustra Martínez, coordinadora académica del Máster Universitario en Orientación Educativa Familiar en la Universidad Internacional de La Rioja.

Sobre los hijos, se tendría que prestar atención a los modos de ser de ellos, en qué etapa de su ciclo vital se encuentran, si arrastran heridas emocionales u otro tipo de situaciones que seguramente haya configurado su estado actual. Esos hijos tienen todo el derecho a conocer qué sucede, señala Martínez. Los más pequeños necesitarán un tiempo de transición y conocimiento de la situación, en el que debe primar el respeto y el cariño.

“La decisión de los adultos tiene que ser compartida con

Los hijos de una familia que recién se está reconformando están pasando por un duelo.

los demás miembros de la familia, sean pequeños o grandes”, complementa la psicóloga y orientadora familiar Toyi Espín de Jácome.

Es importante que los hijos sepan la realidad, la nueva situación sentimental del papá o de la mamá, pues esos niños o jóvenes tendrán un papel protagónico en el nuevo hogar, recalca Espín, quien destaca las siguientes pautas para generar este diálogo.

- Siéntese a conversar con sus hijos y hablen de la separación o divorcio con la pareja anterior, padre o madre de ellos. Si son pequeños, no es cuestión de darles todos los detalles, pero sí buscar el lenguaje apropiado.

- Hablen también sobre lo que va a pasar luego. “Podrían verse sorprendidos de que papá o mamá estén en una nueva relación, y sentir que se les impuso esa nueva persona”.

- El papá y la mamá pueden buscar juntos un acompañamiento para que sea más fácil compartir, especialmente si no

se sienten listos o capacitados para tratar el tema.

Martínez sostiene que la integración de una familia reconstituida dependerá de la solidez sobre la que se construye el nuevo vínculo, de su intencionalidad y el grado de conocimiento de la historia de cada uno. El respeto, agrega, resulta imprescindible.

En contraste, hay factores que pueden añadir dificultad a ese proceso. Por ejemplo, hay quien no es capaz de corregir defectos que ya tenía en su relación anterior y eso no ayuda a que las cosas salgan bien en su nuevo proyecto familiar.

Es importante para los hijos conocer qué tipo de vínculos se tienen con cada miembro de la familia, tanto la nuclear como la extensa. Ese estado de seguridad y estabilidad dependerá de los adultos. “Otra cuestión importante es el sentido del perdón”, dice Martínez. “En un hogar es fundamental saber perdonar y ver qué ha movido al otro a comportarse así”.

Espín recomienda poner de antemano reglas, límites y responsabilidades. “Esto nos ayudará a manejarnos en ese contexto nuevo, en el que se pueda escuchar la opinión de los niños y de los adultos”.

- Una de esas reglas debería ser que el padre o madre biológicos son los que tienen que establecer el tema de la disciplina y los llamados de atención a sus propios hijos.

- Llamar a alguien el padrastro o la madrastra del hogar parece chocante, y Espín comparte la idea de llamar a cada quien por su nombre. “No es conveniente reemplazar a la mamá o al papá biológicos, especialmente si siguen interactuando con ellos”.

- No presione a un niño o a un joven para que un adulto se sienta totalmente cómodo, advierte la psicóloga clínica y terapeuta familiar sistémica Sonnia Navas Gafter.

- Los padres que han elegido reconstituir una familia deberán tener paciencia. “Esto es un proceso que lleva años; no se cumple en un mes ni en dos meses”, dice Navas. Uno de los errores frecuentes es imaginar que la relación funcionará mágicamente en cuanto empiece la convivencia. La psicóloga Navas avisa que estos grupos familiares deben integrarse de a poco.

- No olvide compartir con todos los hijos, y procurar, sin presiones, que vayan conociéndose. “No siempre van a estar felices y encantados o cómodos con el cambio. Esta primera fase es la más complicada”, dice Navas.

- Desde el primer día, expliquen cómo se va a manejar el sistema familiar, los horarios para visitar al papá o a la mamá que vive en otro lugar. Y si no encuentran salidas, busquen ayuda profesional.

- Si se puede contar con la ayuda de los padres biológicos, está muy bien, indica Navas. “Muchas veces se comete el error de aislar al padre o a la madre que está fuera del sistema, eso no ayuda”.

- Evite a toda costa las preferencias. “Cada padre puede sentirse más inclinado hacia sus hijos biológicos, y hacer sentir a los otros incómodos y heridos”. (G. Q., D. V.) ¿Es parte de una familia ensamblada o reconstituida? Opine a nuestro email: larevista@eluniverso.com

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2023-05-28T07:00:00.0000000Z

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